Los programas de PrEP deberían incluir de forma rutinaria el cribado de estas sustancias con el fin de mejorar la adherencia y reducir el riesgo de infección por el VIH
El consumo problemático de alcohol y/o sustancias podría dificultar la adherencia a la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) que se prescribe, principalmente, a hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH). Por este motivo, se debería incluir el cribado del consumo de alcohol y/o sustancias tanto en las visitas iniciales como en las de seguimiento con el objetivo de detectar cualquier problema, reducir los daños asociados al consumo y mejorar la adherencia a dicha profilaxis. Estas son las principales conclusiones de un estudio canadiense cuyos resultados se han publicado en la revista BMC Public Health.
Es bien sabido que mantener una buena adherencia a la PrEP es un aspecto fundamental para garantizar el éxito de esta intervención preventiva biomédica. En este sentido, diversos estudios han revelado que la no adherencia a la PrEP podría estar siendo subestimada y que problemas mentales como la depresión, así como el consumo de alcohol y/o sustancias, podrían afectar a la capacidad de las personas para mantener una buena adherencia a la pastilla preventiva.
Con el objetivo de arrojar algo de luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores en Toronto (Canadá) realizó un estudio en el que se analizaron diferentes problemas que podrían afectar a la capacidad de adherencia a la PrEP, como la depresión y el consumo de alcohol y/o sustancias.
En el estudio se inscribió a 141 participantes adultos procedentes de dos clínicas, en su gran mayoría hombres GBHSH con una edad en torno a los 38 años. Entre los principales grupos étnico-raciales se incluyeron personas de raza blanca, chinos, surasiáticos y mestizos. Todos los participantes habían estado tomando la PrEP diaria frente al VIH durante, al menos, tres meses y en muchos casos hasta 16 meses. El estudio se implementó en forma de entrevista, que se realizó una sola vez a todos participantes mediante unos cuestionarios con el objetivo de detectar problemas de salud mental y de uso de sustancias.
Los investigadores utilizaron cuestionarios previamente validados, como la prueba de identificación de trastornos por consumo de alcohol (AUDIT, en sus siglas en inglés) (véase La Noticia del Día 26-02-20). Las respuestas de los participantes en la misma se clasificaron en las siguientes categorías: riesgo bajo, moderado (perjudicial) o alto (muy nocivo). Asimismo, los investigadores utilizaron la prueba modificada de cribado sobre consumo de alcohol, tabaco y sustancias del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (NIDA M-ASSIST, en sus siglas en inglés) para clasificar las sustancias empleadas.
Se midió el consumo y el grado de afectación de cada sustancia en los participantes mediante una puntuación. Las puntuaciones que se clasificaron como de riesgo moderado y alto justificarían la intervención.
Alrededor del 20% de los hombres revelaron que habían omitido una o más dosis de PrEP en los últimos cuatro días.
Los investigadores hallaron que el consumo problemático de alcohol y/o cocaína fue el siguiente: El 26% de los participantes consumió alcohol en niveles considerados como muy nocivos (riesgo alto). El 13% tuvo un consumo de cocaína que se clasificó como de riesgo moderado/alto. El 6% de los participantes consumieron alcohol en unos niveles perjudiciales (riesgo moderado). Alrededor del 20% de los participantes presentaron síntomas compatibles con depresión.
Cuando los investigadores evaluaron el impacto del uso de sustancias sobre la adherencia a la PrEP, hallaron que los hombres con un consumo perjudicial de alcohol tenían una probabilidad más de seis veces mayor de no mantener una adherencia a la PrEP que los usuarios que tenían un consumo leve. Las personas con un consumo de cocaína que se clasificó como de riesgo moderado/alto tenían una probabilidad más de tres veces mayor de no adherirse a la PrEP. Además, los investigadores señalaron que la no adherencia a la PrEP era significativamente más pronunciada entre aquellos que tenían al mismo tiempo un consumo problemático de alcohol y cocaína.
A grandes rasgos, se determinó que el consumo elevado de alcohol, el consumo moderado o alto de cocaína y la depresión eran relativamente frecuentes en el estudio. Sin embargo, aunque el uso problemático de alcohol y/o cocaína sí se asoció con problemas de adherencia a la PrEP, este no fue el caso de la depresión, posiblemente porque muchas personas con este problema de salud mental estaban recibiendo tratamiento para abordarlo lo que probablemente les ayudaba a tomar la PrEP de forma adecuada.
El estudio presentó limitaciones, ya que idealmente podría haber sido más grande y haber supervisado a los participantes a lo largo del tiempo y podría haber utilizado medios objetivos para evaluar la adherencia y el consumo de alcohol y/o sustancias. Sin embargo, esos cambios en el diseño lo habrían hecho mucho más costoso, complejo y lento. Hay que tener en cuenta, no obstante, que los hallazgos de este estudio podrían no ser aplicables a otras poblaciones u otras ciudades.
Los investigadores concluyen recomendando a los profesionales sanitarios que prescriben la PrEP que examinen a sus pacientes para detectar problemas de consumo de alcohol y/o sustancias para que se les pueda ofrecer ayuda. Es importante detectar con rapidez cualquier consumo problemático que pueda interferir con la adherencia a la PrEP. Esta rápida detección permitiría afrontar el problema con una amplia gama de intervenciones adaptadas que permitan la reducción de daños y mejorar la adherencia a la PrEP frente al VIH.
Fuente: (gTt-VIH) Grupo De Trabajo Sobre Tratamientos del Vih http://gtt-vih.org/