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Los jóvenes se encuentran infrarrepresentados en el mayor estudio de implementación de la PrEP de Inglaterra

Aunque se encuentran en una situación de riesgo de exposición al VIH las tasas de cobertura y aceptación de la PrEP son más bajas que entre los adultos

Durante la pasada conferencia conjunta de la Asociación Británica del VIH (BHIVA, en sus siglas en inglés) y la Asociación Británica de Salud Sexual y VIH (BASHH, en sus siglas en inglés), celebrada a finales de abril de forma virtual debido a la pandemia de COVID-19, se presentaron los primeros resultados del estudio de implementación de la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) en Inglaterra (el estudio IMPACT) para la implementación de la profilaxis previa a la exposición al VIH (PrEP) en Inglaterra.

Los investigadores presentaron únicamente los datos del reclutamiento a nivel basal. Análisis posteriores examinarán la tasa de incidencia del VIH entre los participantes durante el ensayo y las causas de la infección; evidencia de cambios a nivel poblacional en la incidencia del VIH y las ITS durante el ensayo; y la «cascada de PrEP» o la proporción de la población inglesa en riesgo de exposición al VIH y que ha quedado protegida a través de su participación en el estudio.

El estudio se desarrolló en Inglaterra desde octubre de 2017 hasta julio de 2020. Inicialmente se asignaron 10.000 plazas al estudio, pero, como consecuencia de la evidente necesidad de PrEP y la popularidad del estudio, el estudio tuvo que se ampliado dos veces siendo 26.000 el número total de plazas. Participaron la mayoría de las clínicas de salud sexual inglesas, 157, con un número mínimo de 20 participantes por centro.

En el reclutamiento, los investigadores usaron dos definiciones distintas: ‘ser candidato a PrEP’ y encontrase ´en riesgo de exposición al VIH’. Para ser candidato a PrEP, el criterio principal fue ser gay, bisexual o un hombre que tiene sexo con hombres (GBHSH) o una mujer trans. Además, haber mantenido relaciones sexuales sin preservativo en los tres meses anteriores y anticipar hacerlo en los tres meses siguientes. Otro criterio fue tener una pareja con el VIH con carga viral detectable (superior a 200 copias/mL). Por otro lado, encontrase ´en riesgo de exposición al VIH’ fue una categoría mucho más amplia que incluyó a todas las personas con características que sugerían riesgo de VIH, como, por ejemplo, realizarse de forma frecuente pruebas de detección del y las ITS, ejercer el trabajo sexual de VIH u otras ITS, o personas que hubiesen sido identificadas a través del estudio de contactos.

En total, el estudio incluyó un total de 24.255 participantes, siendo la mayoría hombres GBHSH cis. Un total de 1.038 participantes no pertenecían a este grupo (4,3% o uno de cada 23 participantes). De estos 1038 participantes, poco más de un tercio fueron mujeres trans (359) y poco menos de un tercio fueron mujeres cis (333). El veintinueve por ciento fueron hombres, divididos equitativamente entre hombres trans (152) y hombres heterosexuales cis (150). También hubo una pequeña cantidad de participantes no binarios (35).

La mediana de edad fue de 33 años comprendida en un rango entre 16 y 86 años. Las edades de la mayoría de los hombres GBHSH cis oscilaron entre los 25 y los 40 años mientras que las mujeres cis fueron mayores que el resto de participantes y las mujeres trans mucho más jóvenes.

A pesar de que las personas de etnia africana registran una alta tasa de diagnósticos de VIH, solo el 11% de las mujeres cis y el 19% de los hombres heterosexuales cis pertenecía a esta etnia. La mayoría de los participantes fueron de raza blanca entre los que se incluyeron el 76% de los hombres GBHSH cis, el 60% de las mujeres cis y 49% de los hombres cis heterosexuales. Entre los hombres GBHSH, la etnia no blanca más grande fue la asiática representada en un 5%. Casi el 11% de las mujeres trans eran asiáticas y muy pocas mujeres u hombres trans eran de etnia negra africana o caribeña.

La mitad de los participantes vivían en Londres, aunque esta cifra se reducía entre las mujeres y los hombres heterosexuales cis y ascendía a un 60% entre las mujeres transgénero. Casi un tercio de los participantes había nacido fuera del Reino Unido, salvo en el grupo de mujeres trans las cuales un 40% habían nacido en el extranjero.

El estudio ofreció a los participantes GBHSH cis la posibilidad de comenzar la PrEP diaria o a demanda. Solo el 15% optó por la pauta a demanda, pero los investigadores creen que, tal como muestran otros, esta proporción de hombres que optaron por la PrEP a demanda aumentaría con el tiempo.

Utilizando la definición más amplia de encontrarse ‘en riesgo de exposición al VIH’ y los datos tanto del estudio como de las unidades de ITS que participaron en él, los investigadores calcularon la cobertura de la PrEP, es decir, la proporción de personas que se encontraban ‘en riesgo de exposición el VIH’ y que fueron inscritas en el estudio y la aceptación de la PrEP, es decir la proporción de personas clasificadas como candidatas a PrEP que fueron inscritas en el estudio.

La mayoría de los hombres GBHSH cis (93%) fueron clasificados como ‘en riesgo de exposición al VIH’ y un 26% como ‘candidatos’, de los cuales la mitad (13%) fueron inscritos en el estudio. El 77% de las mujeres trans y el 65% de los hombres trans fueron clasificados como ‘en riesgo de exposición al VIH’ y la gran mayoría eran candidatos a PrEP; se inscribió el 62% de las mujeres trans y el 50% de los hombres trans que acudieron a las clínicas de ITS. Por el contrario, se consideró que solo el 5% de los hombres heterosexuales cis estaban ‘en riesgo de exposición al VIH’. Las personas blancas y nacidas fuera del Reino Unido tuvieron más probabilidades de estar en riesgo de exposición el VIH y no porque fueran hombres GBHSH cis sino porque constituían una fracción desproporcionada respecto al los demás los demás grupos.

Sin embargo, la mayor discrepancia tanto en la cobertura como en la aceptación se registró en función de los grupos de edad. Solo el 8% de los inscritos en el estudio pertenecían a los dos grupos de menor edad en comparación con el 16% de los dos de mayor edad. Solo teniendo en cuenta el grupo de hombres GBHSH cis, se estimó que solo el 9% de todos los que se encontraban en riesgo de exposición al VIH con edades comprendidas entre los 16 y 19 años se inscribieron en el estudio en comparación con un 28% de aquellos con edades comprendidas entre los 45 y los 49 años (tasa de cobertura). Solo el 38% de los participantes clasificados como candidatos a PrEP de edades comprendidas entre los 16 y los 19 años se inscribieron al ensayo en comparación con un 67% de aquellos con edades comprendidas entre los 45 y los 49 años (tasa de aceptación).

Como conclusión a estos datos y en respuesta a la posible razón de esta infrarrepresentación de los jóvenes, los autores del estudio señalan que los más jóvenes podrían tener menos conocimientos sobre la PrEP y sobre la salud sexual, en general. Eso podría verse incrementado ante la reticencia de los jóvenes revelar sus prácticas y comportamientos sexuales, sobre todo si los médicos no hacen preguntas directas. Sin embargo, paradójicamente, esto puede llevar a una sobreestimación del riesgo si los médicos hacen suposiciones sobre el comportamiento de los jóvenes en lugar de preguntarles directamente. Esto tendería a aumentar el número de jóvenes considerados en situación de riesgo de exposición al VIH en comparación con las personas mayores. Según los investigadores, la clave estaría en capacitar a los médicos para que los jóvenes se sientan cómodos y hablen abiertamente sobre sus riesgos, o la falta de riesgo, de contraer el VIH y las ITS.