Se trata de un colectivo, los supervivientes de larga evolución, que vivió una época emocionalmente muy dolorosa, algo que podría explicar el elevado uso de fármacos con acción sobre el sistema nervioso central
Con el objeto de describir las características clínicas y epidemiológicas de las personas diagnosticadas de infección por el VIH antes de 1997 –año en el que la TARGA llegó de forma extendida a España- investigadores del Hospital Clínico Universitario de Valencia (España) diseñaron un estudio observacional de tipo retrospectivo para analizar aspectos sociodemográficos y clínicos; en el caso de estos últimos tanto aquellos relacionados directamente con el VIH como los vinculados a las diversas comorbilidades que pudieran tener lugar. Sus resultados fueron publicados en la Revista Multidisciplinar del Sida.
El colectivo de personas que fueron diagnosticadas de infección por el VIH antes del desarrollo de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) sintieron un intenso dolor emocional y pasaron por situaciones traumáticas, algo que puede haber desencadenado lo que se ha denominado como síndrome del superviviente del sida (véase La Noticia del Día 13/02/2018).
En el estudio se consideraron supervivientes de larga evolución (SLE) y, por tanto, candidatas a entrar en el presente análisis todas aquellas personas diagnosticadas de infección por el VIH entre los años 1983 y 1996 que habían sido visitadas en el hospital al menos una vez entre los años 2017 y 2018.
De un total de 1.200 personas con el VIH atendidas en el hospital donde se realizó el estudio, alrededor de un tercio (n= 402) eran supervivientes de larga evolución. Su edad promedio era de 54 años y el 71% eran hombres. El tiempo promedio tras el diagnóstico era de 28 años.
En el momento del diagnóstico, el 81% estaban clasificados en el estadio A según la escala de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) –el estadio de menor gravedad, totalmente asintomático- y el 11% se encontraba en estadio C, que implica la presencia de indicadores de sida.
Los participantes llevaban una mediana de tiempo en tratamiento antirretroviral de 25 años. El 54% de los participantes eran fumadores activos. El 51% tenía tres o más comorbilidades además de la infección por el VIH.
Las principales comorbilidades fueron dislipemia (45% de los participantes), hipertensión arterial (25%) y diabetes mellitus (19%). Hasta un 85% de los participantes tenían prescritos otros medicamentos además de los antirretrovirales y el 32% de ellos presentaba polifarmacia (toma de 5 o más tratamientos diferentes).
Cabe destacar que hasta el 36% de los participantes tomaba tratamientos relacionados con el sistema nervioso, lo que podría explicarse por la combinación de los efectos de los daños emocionales relacionados con pérdidas, miedo a fallecer y/o el estigma y la discriminación; además del elevado porcentaje de participantes –hasta un 56%- que tenían como vía de adquisición más probable del VIH el uso de drogas intravenosas (sustancias con una elevada capacidad para producir importantes problemas de tipo psiquiátrico a corto y largo plazo). Otros tratamientos con un uso destacado fueron aquellos relacionados con el tracto digestivo y metabolismo (22% de los participantes) y con el sistema cardiovascular (19%).
Los resultados del presente estudio muestran que hasta un tercio de las personas con el VIH atendidas en los hospitales serían supervivientes de larga evolución, personas aún de mediana edad con un importante impacto de comorbilidades. En los próximos años estas personas alcanzarán la tercera edad y el reto que supondrá para el sistema sanitario atenderlos adecuadamente para que mantengan una buena calidad de vida será enorme. Es importante que se tenga esto en cuenta de cara a las previsiones relativas al sistema público de salud e invertir en consecuencia.
Fuente: (gTt-VIH) Grupo De Trabajo Sobre Tratamientos del Vih http://gtt-vih.org