Los hallazgos de dos estudios británicos arrojan más evidencia a la hipótesis de que las personas con el VIH en situaciones de vulnerabilidad social soportan una mayor vulnerabilidad epidemiológica frente al SARS-CoV-2
Dos estudios presentados en la conferencia conjunta realizada por la Asociación Británica del VIH (BHIVA, en sus siglas en inglés) y la Asociación Británica sobre Salud Sexual y VIH (BASHH, en sus siglas en inglés) –celebrada la semana pasada de forma virtual– han concluido que durante la primera ola de la pandemia por COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por coronavirus 2019) el riesgo de fallecer por dicha patología en personas con el VIH duplicó al observado en la población general.
Los hallazgos irían en la línea de lo ya publicado sobre el Reino Unido el año pasado (véase La Noticia del Día 07/09/2020), cuando dos estudios ya apuntaban hacia mayores tasas de mortalidad entre personas con el VIH. Aquellos estudios hallaron que este efecto siempre venía asociado a la presencia de comorbilidades.
El primero de los estudios –llevado a cabo por la Agencia de Salud Pública de Inglaterra– partió de datos de vigilancia del VIH anonimizados y los emparejó con los datos de mortalidad por COVID-19 para identificar a todos aquellos adultos con el VIH que fallecieron por COVID-19 entre el 2 de marzo y el 16 de junio de 2020 –la primera ola de la pandemia en Inglaterra–.
Los investigadores identificaron 99 muertes por COVID-19 en personas con el VIH. En 94 de estos casos se disponía de registros clínicos detallados. Dichas muertes supusieron el 0,1% del total de personas con el VIH en Inglaterra.
Al comparar las tasas de mortalidad por COVID-19 de las personas con el VIH con las de la población general, se observó que las tasas de mortalidad máximas se dieron en personas de etnia negra con el VIH mayores de 60 años (985 casos por cada 100.000 fallecimientos), personas de etnia asiática mayores de 60 años (781 casos por cada 100.000 fallecimientos), personas con el VIH residentes en Londres mayores de 60 años (722 casos por cada 100.000 fallecimientos) y personas con el VIH residentes en aquellas zonas con menores niveles de ingresos (538 casos por cada 100.000 fallecimientos).
Dichas tasas fueron inferiores en personas sin el VIH, tanto en las mayores de 60 años de Londres (521 casos por cada 100.000 fallecimientos), como en las personas de etnia negra mayores de 60 años (751 casos por cada 100.000 fallecimientos) o en las personas de etnia asiática mayores de 60 años (460 casos por cada 100.000 fallecimientos).
Teniendo en cuenta la población total –con o sin el VIH-– se detectaron cuatro factores que aumentaron el riesgo de fallecer por COVID-19:
- Género masculino: ser mujer se asoció a un riesgo inferior en un 45% de fallecer por COVID-19 (cociente de riesgo ajustado [CRa]: 0,55; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,51-0,69; p <0,001).
- Mayor edad: cada incremento de edad de 5 años aumentó el riesgo de fallecer por COVID-19 en un 79% (CRa: 1,79; IC95%: 1,77-1,81; p <0,001).
- Etnia no caucásica: en comparación con las personas de etnia blanca, las personas de etnia negra presentaron un riesgo más de tres veces superior de fallecer por COVID-19 (CRa: 3,44; IC95%: 3,06-3,87; p <0,001); las de etnia asiática un riesgo más de dos veces superior (CRa: 2,24; IC95%: 2,00-2,52; p <0,001) y las de otras etnias no blancas un riesgo más de tres veces superior (CRa: 3,23; IC95%: 2,86-3,65; p <0,001).
- Tenerl VIH: las personas con el VIH presentaron un riesgo de fallecer por la COVID-19 que duplicaba al de aquellas sin el VIH (CRa: 2,18; IC95%: 1,76-2,70; p <0,001).
El 53% de las personas con el VIH que fallecieron por COVID-19 eran mayores de 60 años. El 68% eran de etnia no blanca, porcentaje importante pues en Inglaterra solo el 35% de las personas con el VIH son de etnia no blanca.
El 58% de las personas con el VIH que fallecieron tenían un recuento de CD4 inferior a 350 células/mm3 y el 91% tenían una carga viral inferior a 200 células/mm3.
El 87% de las personas con el VIH que fallecieron tenían, al menos, una comorbilidad que incrementa el riesgo de fallecer por COVID-19. Las principales fueron enfermedad cardiovascular (69% de los fallecidos), obesidad (49%), diabetes (48%), enfermedad renal crónica (41%) e hipertensión arterial (39%).
El segundo estudio fue llevado a cabo por la BHIVA, que analizó los registros de personas con el VIH atendidas en las clínicas de VIH del Reino Unido para identificar factores asociados a peores resultados clínicos de la COVID-19. El estudio recopiló datos entre octubre de 2020 y marzo de 2021, la segunda ola de la pandemia en el Reino Unido.
Las clínicas incluidas reportaron 1.310 casos de personas con el VIH con COVID-19. El estudio analizó factores relacionados con dos tipos de resultados: enfermedad grave que requirió de ventilación invasiva o no invasiva o resultado desfavorable (fallecimiento u hospitalización de más de tres meses).
El 62% de los casos de COVID-19 se registraron en hombres y la mitad de ellos eran mayores de 50 años. El 38% eran de etnia negra, el 56% habían nacido fuera del Reino Unido, el 34% presentaban riesgo de exposición ocupacional y el 16% habían tenido contacto cercano con un caso confirmado de COVID-19. El 78% de los casos registrados eran sintomáticos.
Solo el 5% de los casos tenían recuentos de CD4 inferiores a 200 células/mm3 y un 4% tenía una enfermedad definitoria de sida en el momento del diagnóstico de la COVID-19.
La mediana del recuento nadir de CD4 era de 257 células/mm3 y la del recuento de CD4 actual en el momento del diagnóstico de COVID-19 era de 611 células/mm3.
Los casos incluidos tenían una mediana de una comorbilidad asociada a una mayor gravedad de la COVID-19. Las más frecuentes fueron hipertensión arterial (24%), obesidad (19%) o hiperlipidemia (17%). El 13% eran fumadores activos y la mayoría de los casos tenían sobrepeso y obesidad.
El 23% de los casos ingresaron en un hospital y el 18% precisaron ventilación invasiva o no invasiva. Las personas de etnia negra presentaron una probabilidad que casi multiplicaba por cuatro la de las de etnia blanca de presentar enfermedad grave (cociente de probabilidades [CP]: 3,80; IC95%: 2,46-6,17; p= 0,0001).
Las personas obesas también presentaron una mayor de presentar enfermedad grave (CP: 3,95; IC95%: 1,87-8,38).
Cada comorbilidad adicional aumentó en un 24% la probabilidad de padecer COVID-19 grave.
Tener una enfermedad definitoria de sida multiplicó por tres el riesgo de padecer COVID-19 grave (CP: 3,32; IC95%: 1,61-6,85; p= 0,0001).
Las mujeres presentaron un menor riesgo de padecer enfermedad grave (CP: 0,46; IC95%: 0,30-0,71; p= 0,0004). Tener niveles de CD4 superiores a 200 células/mm3 también se asoció a un menor riesgo de COVID-19 grave.
El 14% de los participantes presentó un resultado desfavorable (muerte u hospitalización de más de tres meses). Dicho resultado se vinculó a tener problemas respiratorios o síntomas graves en el momento del diagnóstico o presentar comorbilidades.
Los resultados de los presentes estudios van en la línea de lo hallado por anteriores investigaciones, es decir que el mayor riesgo de padecer COVID-19 grave en personas con el VIH se vincularía a las comorbilidades y los determinantes sociales de la salud y arrojan más evidencia a la hipótesis de que las personas con el VIH en situaciones de vulnerabilidad social soportan una mayor vulnerabilidad epidemiológica frente al SARS-CoV-2, entendida como un mayor riesgo epidemiológico por una mayor exposición a la infección, retraso en el diagnóstico e identificación de contactos o mayor dificultad para seguir las medidas de aislamiento o cuarentena. Esto es debido a sus condiciones de vida y a la limitada efectividad que las estrategias de prevención, detección de casos y estudio de contactos, y control de la transmisión presentan en ellas.
Fuente: (gTt-VIH) Grupo De Trabajo Sobre Tratamientos del Vih http://gtt-vih.org