Abelardo Moncayo Oe3-129 y Av. América Quito, Ecuador
+(593) 2248381
info@coalicionecuatoriana.org

CROI 2021: Se confirma la eficacia a dos años de tomar tratamiento frente al VIH cuatro días seguidos y descansar tres

Esta estrategia reduciría el coste de la terapia antirretroviral y podría representar una alternativa real y viable al tratamiento diario

Una pauta de dosificación del tratamiento antirretroviral basada en tomar la medicación cuatro días consecutivos y descansar tres mostró una eficacia similar a la de una pauta de dosificación diaria. Este es el principal hallazgo del estudio QUATOR, cuyos resultados se han presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2021), que se celebró recientemente de modo virtual a causa de la pandemia por la COVID-19.

Una de las tendencias actuales en la investigación de nuevos tratamientos del VIH es el desarrollo de pautas con fármacos de acción prolongada que permitan a las personas tomar su medicación con menos frecuencia, como, por ejemplo, una vez por semana, una vez al mes o incluso de modo menos habitual. Sin embargo, hace ya más de una década se puso en marcha la estrategia experimental de tomar la medicación del VIH solo uso días a la semana. Así, los estudios FOTO (veáse La Noticia del Día 28/07/2009) y A-TRI-WEEK (véase La Noticia del Día 07/07/2016) revelaron, respectivamente, que tomar un tratamiento antirretroviral basado en efavirenz cinco días consecutivos descansando los dos siguientes o tomarlo solo tres (lunes, miércoles y viernes) permitiría mantener la carga viral supirmida en pacientes que simplifican su terapia estándar basada en tres fármacos. Por otro lado, el estudio BREATHER también había mostrado que realizar descansos en la toma del tratamiento antirretroviral durante los fines de semana funcionaba bien en personas adolescentes y adultos jóvenes.

En esta edición de la CROI 2021, se presentaron los resultados del estudio QUATOR –promovido por la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre el Sida (ANRS, en sus siglas en inglés)–, en el que se decidió comprobar si las personas con una carga viral indetectable podrían mantenerla tomando la medicación antirretroviral cuatro días a la semana. En caso de resultar eficaz, este enfoque no solo permitiría a las personas descansar de la toma de su tratamiento, sino que también podría reducir el coste de la terapia en un 40% aproximadamente.

Los hallazgos de un estudio piloto anterior habían mostrado que este enfoque permitía mantener la supresión viral en el 96% de los participantes durante 48 semanas (véase Actualización en tratamientos (IAS 2019) 25/07/2019) y estos buenos resultados sentaron las bases para un ensayo aleatorio de mayor tamaño, el estudio QUATOR, de distribución aleatoria y abierto diseñado para confirmar la durabilidad a 96 semanas de esta estrategia de cuatro días de tratamiento y una pausa de tres días. El estudio incluyó a más de 600 personas adultas con que habían alcanzado la supresión viral –definida como una carga viral por debajo de 50 copias/mL– con una pauta antirretroviral estándar desde hacía, al menos, un año, sin evidencia de resistencia farmacológica y con un recuento de CD4 superior a 250 células/mm3. Más del 80% eran hombres, la edad media era de 49 años y el recuento medio de CD4 era de casi 700 células/mm3. Llevaban una media de siete años de tratamiento y una media de seis años de supresión viral.

Las personas que participaban en el estudio utilizaban distintos regímenes antirretrovirales. Algo menos de la mitad (48%) tomaban un inhibidor de la integrasa, el más frecuente elvitegravir (incluido en Genvoya®) o dolutegravir (Tivicay®; también en Triumeq®); el 46% usaban un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN), normalmente rilpivirina (Edurant®; también en Eviplera® y Odefsey®), y el 6% utilizaba un inhibidor de la proteasa, por lo general darunavir (Prezista; también en Rezolsta® y Symtuza®). Alrededor del 70% incluía tenofovir disoproxilo fumarato/emtricitabina (Especialidad Framacéutica Genérica [EFG]; Truvada®)  o tenofovir alafenamida/emtricitabina (Descovy®) en su régimen, y el resto tomaban abacavir/lamivudina (EFG; Kivexa®).

Durante las primeras 48 semanas, se distribuyó a las 636 personas participantes de forma aleatoria para seguir tomando el mismo régimen de tratamiento diario o para tomar su medicación durante cuatro días consecutivos (de lunes a jueves), seguidos de tres días de descanso. A partir de la semana 48, las 621 personas que permanecían en ambos grupos siguieron la pauta de cuatro días de tratamiento y tres de descanso durante otras 48 semanas.

A la semana 96, el 92,7% de las personas asignadas inicialmente al grupo de cuatro días y el 96,1% de las que pasaron del tratamiento diario al intermitente seguían teniendo una carga viral indetectable. Las tasas de fracaso virológico ascendieron al 4,2% y al 2,0%, respectivamente. Sin embargo, en el grupo de cuatro días, este valor varió en función de los fármacos utilizados: un 5,3% en el caso de las personas que tomaban un ITINN y un 2,4% para las que tomaban inhibidores de la integrasa.

Se detectaron nuevas mutaciones de resistencia farmacológica en tres de las seis personas que experimentaron un fracaso virológico antes de la semana 48 y en cuatro de las 13 que lo hicieron entre las semanas 48 y 96. Todas, menos una, desarrollaron mutaciones M184 que confieren resistencia a lamivudina y emtricitabina. Las cuatro personas que tomaron rilpivirina desarrollaron mutaciones de resistencia a ITINN E138K. Una persona que tomaba raltegravir desarrolló una mutación en la integrasa N155H.

En general, el tratamiento se mostró seguro y bien tolerado con cualquiera de las dos estrategias. Se registraron pocas diferencias entre los grupos del estudio en cuanto a la tasa o el tipo de acontecimientos adversos; no obstante, las personas del grupo de cuatro días experimentaron una pequeña, pero estadísticamente significativa, mejora de la función renal.

Otro estudio, presentado en la CROI 2020, demostró que las personas que seguían el régimen de cuatro días no tenían una probabilidad mayor de tener VIH detectable en su semen en comparación con las personas que seguían un tratamiento continuo, lo que tiene importantes implicaciones para la transmisión viral.

Los investigadores concluyeron señalando que la eficacia del régimen de administración de cuatro días de tratamiento y tres días de descanso se mantuvo a las 96 semanas con una baja tasa de fracaso virológico, especialmente entre las personas que utilizaban inhibidores de la integrasa. Esta estrategia redujo el coste del tratamiento y representa una alternativa real y viable al tratamiento de mantenimiento diario.