Sin embargo, la evidencia limitada sobre la transmisión del VIH en el contexto de la indetectabilidad supone un freno para que muchas mujeres se decanten por esta opción
Según un estudio publicado en AIDS Patient Care and STDs, las mujeres con el VIH que toman tratamiento antirretroviral (TAR) tienen 13 veces más probabilidades que hace nueve años de hablar con sus médicos sobre la lactancia materna durante el embarazo. Estos nuevos datos proceden de una encuesta retrospectiva realizada en Alemania y dan fuerza a una declaración de consenso realizada recientemente por mujeres con el VIH, médicos y activistas que aboga por una mayor participación de las mujeres con el VIH en la toma de decisiones informada sobre la alimentación de sus bebés (véase La Noticia del Día 05/02/2021).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2016 que las mujeres con el VIH podrían utilizar la lactancia materna como opción para la alimentación de sus bebés de la misma forma que lo hacen las mujeres sin el VIH. Estas directrices estaban dirigidas principalmente a aquellos países con altas prevalencias del VIH y con recursos limitados donde el acceso al agua potable es poco frecuente y es necesario sopesar el riesgo de transmisión del VIH a través de la leche materna frente a los riesgos de malnutrición, infecciones y mortalidad que supone la alimentación con leche de fórmula en esos contextos.
Si bien la ciencia ha podido demostrar que las personas con el VIH, que toman tratamiento antirretroviral y que tienen la carga viral indetectable no transmiten la infección en sus relaciones sexuales, por el momento, no existe evidencia suficiente que permita afirmar con la misma rotundidad que indetectable es igual a intrasmisible en el contexto de la lactancia materna. Por ello, los países que no tienen que sopesar entre el riesgo de transmisión del VIH frente a otros riesgos para los bebés –como ocurre en Canadá, EEUU o los países europeos– continúan recomendando la lactancia artificial o de formula a las mujeres con el VIH.
Las directrices insisten tanto en la eliminación de cualquier riesgo de transmisión del virus al bebé que las mujeres con el VIH a menudo dudan en decirles a sus médicos que han decidido dar el pecho a sus bebés. Por lo tanto, no resulta del todo claro el alcance que puede tener la lactancia materna entre estas mujeres con el VIH. Con el fin de arrojar más luz sobre esta cuestión un grupo de investigadores alemanes realizaron el primer estudio nacional sobre la lactancia materna en mujeres con VIH en Alemania.
Los investigadores revisaron entre noviembre de 2018 y julio de 2020 los historiales médicos para recabar si entre las conversaciones mantenidas entre médicos y pacientes desde el año 2009 se había hablado de la lactancia materna desde 2009. Las mujeres habían recibido atención en 20 centros hospitalarios de Alemania y el estudio recopiló datos sobre la duración de la lactancia materna, el régimen de antirretrovirales que tomaban las madres, la carga viral y la profilaxis posterior post-exposición frente al VIH que recibieron los recién nacidos.
En total, 42 mujeres con el VIH hablaron con sus médicos entre 2009 y 2020 sobre la lactancia materna. Su edad media fue de 33 años y el 82% procedía de países del África subsahariana. No hubo ninguna enfermedad definitoria del SIDA ni el recuento de sus CD4 conllevaba a un diagnóstico del SIDA. De todas ellas, el 7% se encontraban en la Etapa B del VIH mientras que el resto en la Etapa A, es decir, con una buena salud. De los bebés, uno de cada tres nació en el país mientras que el resto en el extranjero.
Casi todas las mujeres (93%) se encontraban en el estadio A de la clasificación de la infección por el VIH, lo que equivale a una buena salud; el resto se encontraba en el estadio B. Ninguna de las mujeres tenía enfermedades definitorias de sida o recuentos de células CD4 que pudieran llevar a un diagnóstico de sida. Es más, la frecuencia de las conversaciones sobre la lactancia materna tomó impulso con el tiempo. Solo una mujer habló con un médico sobre la lactancia materna en 2009, sin embargo, 13 lo hicieron nueve años después.
El 92% de las mujeres hablaron antes del parto sobre la lactancia materna. El 58% amamantó exclusivamente a su bebé. La duración media de la lactancia materna fue de 20 semanas y en ambos extremos se registraron el caso de una mujer que dio el pecho hasta las 104 semanas y el caso de otra que amamantó una sola vez a su bebé, con calostro.
Todas las mujeres estaban tomando tratamiento antirretroviral excepto una que era una controladora de élite. Entre las pautas antirretrovirales que tomaban, se incluyeron regímenes basados en inhibidores de la proteasa potenciados con ritonavir (20%), en inhibidores de la integrasa (37%) y no análogos de nucleósido (39%).
También la carga viral se midió de diferentes maneras durante la lactancia: a un 42% se les realizó una determinación de la carga viral a través de una PCR de ARN de VIH cada cuatro semanas; a un 23% cada ocho semanas; y a un 19%, cada doce semana. La carga viral se mantuvo indetectable en el momento del parto en 40 mujeres y en 35 durante la lactancia. No se dispuso de este dato en dos mujeres durante el parto y en cinco en el período de lactancia. Se registraron dos casos de rebote viral: uno en una mujer que a las 12 semanas tras el parto presentaba 76 copias/mL y que, a continuación, interrumpió el tratamiento ; y otro, en una mujer a las cuatro semanas después del parto, cuya carga viral fue de 867 copias/mL y que volvió a presentar niveles indetectables en su siguiente cita con el médico. Las dos mujeres indicaron que dejaron de amamantar a sus bebés una vez descubrieron que su carga viral no estaba indetectable.
Aunque no se encontraron datos sobre si los bebés nacidos de estas mujeres adquirieron el VIH, los sistemas de vigilancia del VIH en Alemania no han reportado casos de transmisión perinatal en el periodo de estudio.
Los investigadores señalan que el aumento en el número de mujeres con el VIH que se decantan por la lactancia materna refleja una creciente necesidad de normalidad en el contexto del VIH y el embarazo. Además, añaden que la diversidad de los casos de lactancia materna, especialmente en términos de duración, tratamiento antirretroviral y seguimiento de la lactancia refleja la necesidad de un procedimiento estandarizado. Y que, por esta razón, deben implementarse con urgencia recomendaciones sobre la lactancia materna en las directrices nacionales del manejo clínico del embarazo en mujeres con el VIH, lo que incluye proporcionar a las pacientes información que les permita implicarse en la toma de decisiones junto con sus médicos.
Fuente: (gTt-VIH) Grupo De Trabajo Sobre Tratamientos del Vih http://gtt-vih.org