Ofrecer counselling a aquellos que dan positivo a las pruebas de ITS durante el tratamiento de la hepatitis C permitiría una intervención más dirigida y focalizada en la reducción del riesgo de reinfección
Realizar el cribado de infecciones de transmisión sexual (ITS) en personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) durante o poco después de finalizar el tratamiento frente a la hepatitis C podría ayudar a pronosticar qué pacientes corren un mayor riesgo de reinfección por este virus hepático. El estudio halló que las personas que se reinfectaron por hepatitis C tras haberse curado tuvieron significativamente más probabilidades de dar positivo a la prueba de detección de la clamidia y/o gonorrea durante el tratamiento o en los 12 meses posteriores a la finalización del tratamiento. Los resultados de estudio estadounidense fueron publicados a finales de 2020 en la revista Open Forum Infectious Diseases.
Las reinfecciones por el VHC en poblaciones altamente expuestas al virus son uno de los principales obstáculos para lograr los objetivos de la Organización Mundial de la Salud en materia de hepatitis virales para el año 2030 (véase La Noticia del Día 08/07/2019). En este punto, los GBHSH con el VIH, o en riesgo de adquirirlo, que practican chemsex son uno de los colectivos más vulnerables al VHC. Un estudio halló que en hombres GBHSH europeos con el VIH, la tasa de reinfección sería de 7,3 casos por cada 100 persona-años de seguimiento (véase La Noticia del Día 28/04/2016). Más recientemente, el Hospital Clínic de Barcelona halló una tasa de reinfección por el VHC entre hombres GBHSH de 22 casos por cada 100 personas-año. En la mayor parte de los casos dichas infecciones fueron asintomáticas y se vieron, con frecuencia, asociadas a otras ITS (véase La Noticia del Día 28/01/2020). Un modelo matemático estimó que la incidencia de infecciones por el VHC dentro de dicho colectivo podría reducirse llevando a cabo pruebas de cribado del VHC rutinarias cada 6 meses tantos a hombres GBHSH con el VIH como a aquellos sin el VIH que reciben profilaxis preexposición (PrEP) (véase La Noticia del Día 13/01/2020). Toda esta evidencia coincide en constatar que, para lograr la eliminación de la hepatitis C entre los hombres GBHSH con el VIH, resulta fundamental determinar quiénes podrían estar en mayor riesgo de reinfección y ofrecerles asesoramiento experto, medidas de reducción de daños y apoyo para reducir el riesgo de reinfección.
El estudio estadounidense cuyos resultados fueron publicados a finales de 2020 quiso examinar la tasa de reinfección por el VHC entre pacientes con el VIH en San Diego. Para ellos, los investigadores de la Universidad de California realizaron un estudio prospectivo en el que incluyeron a 200 personas con el VIH que se habían curado de la hepatitis C entre 2014 y 2019. La mayoría de los participantes (85%) fueron hombres, el 56% fueron hombres GBHSH y el 23% de una raza distinta a la blanca. El 59% de los participantes tenía un historial de uso de drogas inyectables, incluyendo aproximadamente un tercio de hombres GBHSH.
Durante el tratamiento con antivirales de acción directa frente al VHC, en cada visita clínica se sometió a los participantes a pruebas de cribado de ITS y a análisis de drogas en orina. El cribado también se realizó 12 semanas después de finalizar el tratamiento frente a la hepatitis C, es decir, cuando habían alcanzado una respuesta virológica sostenida –RVS; lo que se considera la curación del VHC–. Los participantes se sometieron a pruebas de cribado del VHC durante el periodo de seguimiento. Los investigadores del estudio no recabaron información sobre el uso compartido de material de inyección de drogas, utilización de preservativos o práctica de ChemSex.
La reinfección se definió como tener carga viral detectable del VHC después de haber alcanzado la RVS al tratamiento con ADD, es decir, tras haber logrado una curación de la hepatitis C.
Durante un periodo de seguimiento medio de 1,38 años, ocho de las 200 personas que participaron en el estudio se reinfectaron por el VHC (2,44 casos por cada 100 personas-año de seguimiento). Cinco casos se produjeron en hombres GBHSH, dos en hombres GBHSH usuarios de drogas inyectables y uno en un hombre heterosexual usuario de drogas inyectables.
No se registraron reinfecciones en las mujeres, a pesar de que el 83% tenía antecedentes de consumo de drogas inyectables. Aunque la diferencia en la tasa de reinfección entre los grupos de exposición no fue estadísticamente significativa, se registró una tendencia hacia una mayor tasa de reinfección en los hombres GBHSH y en las personas de 30 a 39 años.
La reinfección no se relacionó con un positivo en el cribado de drogas en orina durante el tratamiento frente al VHC, pero sí con un positivo en el cribado de la gonorrea y/o clamidia. El 25% de las personas con un resultado positivo en la prueba de cribado de gonorrea y clamidia antes de lograr una RVS al tratamiento se reinfectaron, en comparación con el 3% de las personas que no tuvieron un resultado positivo en la prueba de cribado de ITS (p= 0,04).
Debido al escaso número de reinfecciones, no se pudo determinar si un resultado positivo a la gonorrea y clamidia en una localización concreta (rectal, faríngeo o de orina) estaba más estrechamente asociado a la reinfección, aunque los investigadores señalan que no se produjeron reinfecciones por VHC en personas que tuvieron un resultado positivo a dichas ITS en orina o garganta.
En resumen, el estudio revela que las personas con el VIH que se reinfectaron por el VHC tras haberse curado previamente de una infección por este virus hepático tenían una probabilidad significativamente mayor de dar positivo en una prueba de cribado de gonorrea y clamidia durante el tratamiento con AAD frente al VHC o en las 12 semanas posteriores a su finalización, es decir cuando habían alcanzado una respuesta virológica sostenida.
Los investigadores concluyen afirmando que las pruebas de cribado de las ITS pueden ayudar a identificar a las personas que tendrían un mayor riesgo de reinfección por el VHC, reconociendo que las intervenciones de counselling, por sí solas, parecen tener una eficacia limitada en el cambio de conductas de riesgo de reinfección por el VHC. Sin embargo, consideran que un resultado positivo en las pruebas de cribado de ITS se podría aprovechar para realizar sesiones intensivas de counselling antes de finalizar el tratamiento con AAD frente al VHC, lo que podría mejorar la eficacia de dichas intervenciones de consejo asistido.
Fuente: (gTt-VIH) Grupo De Trabajo Sobre Tratamientos del Vih http://gtt-vih.org